Los dos amigos y el oso - Félix Maria Samaniego


Dos amigos iban andando por la montaña, y de pronto un oso apareció en su camino. Uno de los dos, empujado por el miedo corrió a subirse a un árbol; pero a su compañero, que no era tan ágil, no se le ocurrió otra cosa que hacerse el muerto tirándose al suelo y procurando no moverse lo más mínimo.
El oso, al ver al hombre inmóvil en el suelo, se le  fue acercando lentamente. Pero como ese animal no come nunca nada muerto, empezó a oler el cuerpo y luego lo tocó con una pata.
Como vio que no se movía, se le acercó a la cara y le olió las narices y la boca. ¡Qué miedo pasó el hombre al notar tan cerca al animal! ¡No le entraron ganas de reírse cuando el hocico del soso le hizo cosquillas en la mejilla!
Durante toda la larga inspección del oso, el hombre siguió completamente inmóvil, haciéndose el muerto, porque le iba la vida en ello. Incluso dejaba de respirar un instante cuando notaba que  el animal le husmeaba la cara.
El oso, al ver que no hacía el menor movimiento y que no se notaba el calor de su aliento, se convenció de que estaba muerto, bien muerto. Si hubiera podido hablar, hubiera  dicho:
-Éste está tan muerto como mi abuelo. Y se marchó sin hacerle nada.
El amigo cobarde que se había encaramado al árbol y desde allí había visto cómo  el oso examinaba el cuerpo de su amigo, cuando vio que aquél se marchaba, bajó a toda velocidad. ¡Entonces sí que tuvo prisa para ir donde estaba su amigo!
Corriendo, llegó junto a él, y le abrazó emocionado. ¡Cuántas palabras de alegría le dijo al ver que no le había pasado nada! ¡Qué contento estaba de que el oso sólo le hubiera olido! Él había abandonado a su amigo para ponerse a salvo en el árbol, pero ahora tenía que mostrarle lo mucho que le quería, lo muy amigo que le era.
Por fin, le preguntó algo que había picado su curiosidad:
-He visto que el oso se te acercaba al oído y te decía algo, ¿qué fue?
-Con mucho gusto te lo diré –le contestó su amigo-. El oso me ha dicho en voz baja para que tú no lo oyeras: <<No es tu amigo el que te ve en peligro y te abandona>>.


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