El reloj de mi abuela- Geraldine McCaughream
En casa de la abuela hay un reloj de pie, pero no funciona. Las manillas de su enorme esfera nunca se mueven. Una vez, abrí la puerta delantera para ver por qué, y no encontré más que un paraguas, un bastón y un cuadro del rey Zog. -Deberías arreglar el reloj –dije -¿Por qué? –dijo el abuelo-. ¡Al menos dos veces al día da la hora bien! -¿Por qué? –dijo la abuela-. Si tengo muchos otros relojes que me dicen qué hora es. Miré a mi alrededor. En casa de la abuela no había más relojes -¿Dónde están?- pregunté. La abuela dijo: -Puedo contar los segundos con los latidos de mi corazón. ¿No te has dado cuenta de que los segundos pasan deprisa cuando la vida es emocionante? Los momentos son mucho más cortos que los segundos. Pasan en un abrir y cerrar de ojos. Un minuto es lo que se tarda en pensar alfo y decirlo con palabras. En dos, puedo leer una página de mi libro. Una hora es lo que tarda el agua de la bañera en enfriarse….o lo que tarda el abuelo en leer el per