La gallina Catalina – Gabriella Goldsack
Era un día muy tranquilo en el campo. En la granja, la gallina Catalina estaba muy ocupada picoteando maíz. -Esto es muy aburrido –cloqueaba la gallina Catalina -. Nunca pasa nada interesante. En aquel preciso momento, ¡plaf!, le cayó una bellota en la cabeza. -¡Madre mia! –coqueó la gallina Catalina -. Están cayendo trozos de cielo. Tengo que contárselo enseguida al rey. Así pues se fue corriendo a contárselo al rey. Apenas había andado unos metros cuando tropezó con su buen amigo al gallo Pelayo. -¿Adónde vas con tanta prisa? –cacareó el gallo Pelayo. -¡El cielo se está cayendo! –exclamó la gallina Catalina-, y voy a contárselo al rey. -Bien, voy contigo –dijo el gallo Pelayo, trotando detrás de la gallina Catalina. No habían recorrido demasiado trecho cuando tropezaron con su amigo el pato Honorato. -¿Adónde vais tan deprisa? –graznó el pato Honorato. -¡El cielo se está cayendo! –exclamó la gallina Catalina -, y vamos a contárselo al rey. -Bien, voy con