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Mostrando entradas de diciembre 18, 2022

Feliz Navidad

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  Os deseo a todos los que me leéis desde que abrí el blog, unas felices fiestas, feliz navidad y próspero año nuevo si no vuelvo en un tiempecito. Que tengáis mucha salud, mucho amor, y muchos regalos de Papá Noel :) 

Villancicos de navidad de Mickey Mouse

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Adelarius Baltavieja y el alcalde de Marmaburgo

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 Adelarius Baltavieja era uno de esos magos que, durante toda su vida, había utilizado la magia para hacer reír y entretener. Viajaba de pueblo en pueblo por el pais de Dirm, con su pequeña carreta, su perro Saltador y su mula Mara. Gracias a su magia y a su pequeño teatrillo que cargaba en su carreta, era capaz de hacer aparecer imágenes muy reales mientras contaba sus historias de duendes, magos, caballeros y hazañas prodigiosas.  Su magia de ilusión era tan real que los niños y sus padres siempre lanzaban suspiros de asombro, o de miedo, o de ternura, cuando hacía aparecer a sus protagonistas. A Adelarius le gustaba ver reír a los más pequeños, o asustarse cuando aparecía el dragón. Y al final del día día, todos los niños de cada pueblo por el que pasaba le tenían gran aprecio por sus historias. Un día, llegando al pueblo de Marmaburgo, se dio cuenta de que había una inmensa niebla que lo rodeaba. Al entrar, comprobó que casi todas las personas caminaban e iban de aquí para allá sin

Ozzy

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La madre del saúco –Hans Christian Andersen

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Una vez era un niño que se resfrió, porque salió de casa y se mojó los pies. Nadie adivinaba como pudo mojarse con el tiempo seco que reinaba. Su madre lo desnudó, lo metió en la cama y pidió la tetera para hacerle una buena taza de flores de saúco, que es muy bueno para entrar en calor. En aquel momento, entró un viejecito muy simpático que vivía solo en el piso más alto de la casa. Llevaba una vida solitaria porque no tenía mujer ni hijos; pero quería mucho a los niños de los demás y sabía explicar tantos cuentos de hadas e historias que era un placer escucharle. -Anda, si te tomas la infusión –dijo la madre-, acaso te contará un cuento. -Veremos si sé alguno que no lo haya oído –asintió el viejecito, sonriendo-. ¿Pero cómo se ha mojado los pies este chico? –preguntó. -Eso digo yo –contestó la madre-. Nadie lo entiende. -¿Me va a contar un cuento? –preguntó el niño. -Sí: pero antes me has de decir qué profundidad tiene, aproximadamente, la cuneta del callejón de l