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Mostrando entradas de noviembre 20, 2022
El escarabajo –Hans Christian Andersen
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Al caballo del Emperador le ponían las herraduras de oro, tenía una herradura de oro en cada pata. ¿A qué se debía esto? Era un magnifico animal, de finas patas, ojos brillantes e inteligentes y una mata de crin que flotaba como un velo a lo largo del cuello. Había llevado a su amor entre el humo de los cañones y la lluvia de balas que silbaban a su paso. Había dado mordiscos y patadas; había participado en la batalla cuando los enemigos avanzaban, brincando por encima de la derribada cabalgadura del peor adversario, salvando así la imperial corona y la vida del mismo Emperador, y esto valía más que todas las riquezas. Por eso el caballo del Emperador llevaba las herraduras de oro. Y he aquí que un escarabajo se adelantó diciendo: -Después de los grandes vienen los pequeños, que la corpulencia nada significa. Y, sin más, levantó sus secas patitas. -¿Qué buscas tú aquí? –preguntó el herrador. -Unas herraduras de oro –replicó el escarabajo. -¡Tú estás loco! -gritó
Mary Shelley –Maria Isabel Sánchez Vegara
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La pequeña Mary era hija de dos grandes escritores: una feminista y un filósofo, ambos grandes pensadores. Todavía era muy pequeña cuando murió su madre querida. Los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida. Su padre se volvió a casar con una vecina un poco tirana. Pero, al menos, Mary se ganó un hermano y una hermana. Mary tenía un escondite que visitaba a todas horas. Junto a la tumba de su madre soñaba con ser escritora. Por las noches a su casa llegaban grandes artistas de visita. Uno de ellos –nada más verla- se enamoró de aquella señorita. Se llamaba Percy Bysshe Shelley y era un joven poeta casado. Mary se fugó con el y su hermana dejando a todos pasmados. Llegaron a Suiza invitados por Lord Byron, un famoso poeta que les propuso un juego: escribir una novela de terror completa. En un artículo Mary leyó que, gracias a la electricidad, nuestro cerebro puede mover el cuerpo con normalidad. Aquella noticia le pareció a Mary interesante. Tanto q