Galletas chinas – Antonio Skármeta
Si ustedes no saben que la mayoría de los panaderos en Chile son mapuches, no importa. Tampoco los chilenos lo saben. Yo no soy panadero. Apenas inspector de Sanidad y cliente de la panadería “La mariposa blanca”. Allí trabajan Pedro Collihuinca, natural de Lebu, al sur de Chile, su esposa Alfreda Salas, y el hijo de ambos, de sólo ocho años, Daniel Collihuinca Salas. Este último es el personaje central de mi cuento. Mejor dicho, de mi informe, porque yo no soy nadie para intentar robarle una pluma a la literatura. El niño Collihuinca va de lunes a viernes a la escuela primaria, según obliga en Chile el Ministerio de Educación, y los sábados y domingos se levanta y ayuda a sus padres en la confección del pan. Amasa la harina con entusiasmo, y aunque mis lectores más puristas condenan el trabajo infantil, les pido en este caso comprensión porque los padres Collihuinca no obligan a su hijo a trabajar, sino que satisfacen un profundo anhelo del niño. Daniel es h