¡Corre, corre, panecillo! –Arnica Esterl
Érase una vez un hombre y una mujer, que tenían un hijo pequeño. Cierta mañana quiso la mujer hornear un panecillo. Mezcló huevos y harina, manteca y leche, y lo amasó todo hasta formar un lindo panecillo redondo. Lo metió en el horno y advirtió al niño: -Quédate aquí a vigilar el horno. Padre y yo vamos a la huerta a sacar unas patatas. Y así lo hicieron, mientras el pequeño se quedaba sentado frente al horno. Al poco, empezaron a sonarle las tripas y a hacérsele la boca agua pensando en lo que doraba allí dentro, así que abrió un poquito la puerta, sólo para olfatear, y entonces… ¿Qué sucedió? Pues que, ¡hop!, el panecillo saltó ágilmente, cayó al suelo y ¡salió a todo correr por la puerta de la casita! Aunque el pequeño lo persiguió a toda carrera, el panecillo era más rápido: corrió y corrió por el camino sin que el niño pudiera darle alcance. A todo esto, los gritos del perseguidor alertaron a sus padres, que tiraron las azadas y se sumaron a la persecución; el p