La lechera - Esopo
Una mujer llevaba leche a vender al mercado: era la lechera. Vivía en la montaña e iba al pueblo, como todas las semanas. Caminaba sola, contenta, feliz, sin prisa. Pensaba en lo que iba a hacer, en dónde vendería la leche, quién le daría más dinero. Se acordaba de lo que le habían dicho la semana anterior: que la leche de sus vacas era muy buena. Por ello se la habían pagado muy bien. Iba tan contenta que empezó a imaginar cosas, a pensar lo que le iba a pasar en cuanto vendiera la leche: <<Me darán mucho dinero por esta lecha tan buena. Con lo que me den compraré un enorme cesto de huevos. De los huevos nacerán cien pollitos. ¡Parece que los estoy viendo dando vueltas a mí alrededor! ¡Pío, pío, pío….! ¡Cuánto pían! ¡Qué bonitos son! ¡Parecen bolitas de algodón amarillo! Cuando crezcan, los venderé. Conseguiré mucho dinero, el suficiente para comprar un cerdo. Si le doy a éste bellotas, salvados, berzas, castañas, se va a poner como una bota. Le daré comida, comida, m