Sísifo –Juan Kruz Igerabide
Vivía Sísifo plácidamente con su familia. Poseía muchos animales domésticos y tierras. Tenía, sin embargo, un malvado vecino, un astuto ladrón que gozaba de la mágica habilidad de transformar el color y la forma de los animales. Así, cuando se apoderaba del ganado de sus vecinos, nadie podía acusarle de robo. Sísifo se dio cuenta de que cada vez le quedaban menos vacas, ovejas y cabras; y por el contrario, los rebaños de su vecino crecían a un ritmo extraordinario. Cansado de tanto robo, marcó bajo las pezuñas de sus animales las letras RV, que significaban: <<Robado por mi vecino>>. Aquella misma noche, el vecino se apoderó de unas cuantas cabezas de ganado. A la mañana siguiente, las marcas de las letras conducían directamente a la granja del vecino. Sísifo lo acusó ante las autoridades, y el vecino fue duramente castigado. Con el tiempo, Sísifo adquirió grandes poderes. Fundó la ciudad de Corinto y la pobló con seres humanos nacidos de setas. El río Asop