El ánfora encantada
Un campesino pobre, mientras trabajaba en su pequeña parcela de tierra, dio con la azada en algo duro. Excavó más a fondo y encontró una enorme ánfora de cerámica. Muy contento la llevó a su casa y le pidió a su mujer que la lavase. La mujer se puso enseguida manos a la obra. Comenzó a lavarla con un cepillo, se inclinó sobre la boca del ánfora y se quedó pasmada: el recipiente estaba lleno de cepillos hasta el borde. Comenzó a sacar los cepillos, pero, a pesar de ello, el ánfora seguía siempre llena. Desde aquel día, el campesino se convirtió en un vendedor de cepillos. Iba a venderlos al mercado y obtenía suficiente dinero para mantener holgadamente a su familia. Una vez, volvió al mercado con los bolsillos llenos de dinero y, mientras lo contaba, se le escurrió de los dedos una moneda de cobre que fue a pasar al ánfora. De repente, desaparecieron los cepillos y el ánfora se llenó de dinero hasta el borde. Ya eran ricos, porque el ánfora estaba siempre llena de dinero. Como suele s