Prometeo y Pandora –Juan Kruz Igerabide
Prometeo era hijo de titanes. No era fanfarrón como sus colosos hermanos, sino astuto, bien educado y justo. Amaba a los seres humanos, y no le parecía bien que los dioses hiciesen lo que les viniera en gana con ellos. Se hizo amigo de Atenea, y esta le enseñó arquitectura, astronomía, matemática, medicina y otras ciencias que Prometeo enseñó a su vez a los humanos, sin que los dioses se enteraran. En cierta ocasión, Zeus, en un acceso de ira, decidió destruir la raza humana. Prometeo lo convenció con astutas palabras para que no lo hiciera. Otra vez, se entabló una agria discusión entre los dioses; no se ponían de acuerdo en qué parte de los animales sacrificados por los humanos tenían que ofrecer a los dioses y qué parte quedarse para sí como alimento. Eligieron como juez a Prometeo, porque era conocido por su sentido de la justicia. Prometeo despellejó un toro sacrificado por los humanos, y con el pellejo confeccionó dos sacos. Llenó un saco con carne y el otro saco con