Tesoro Infantil

 

 Hoy es un gran día. El Ciclo de la Vida se renueva, y los animales de las Tierras del Reino se han reunido para recibir al hijo recién nacido de Mufasa, el Rey León. El cachorro se llama Simba. Rafiki, el sabio mandril consejero del Rey Mufasa, sostiene a Simba en lo alto para que todo el reino lo vea. Todos los animales vitorean al futuro rey...menos uno. Skar, el tío de Simba, no asistió a la ceremonia. Está celoso porque antes del nacimiento de Simba él era el siguiente en la línea de  sucesión para gobernar las Tierras del Reino. Cuando Mufasa le pregunta a Skar por qué no se presentó a la ceremonia, Skar llama a Simba "pequeña bola peluda".  "¡Esa bola peluda es mi hijo y tu futuro rey!" ,exclama Mufasa con enojo. Skar se aleja cautelosamente. Mufasa lo lleva  a un recorrido por su futuro reino.  "Un día se pondrá el sol para mí y se levantará contigo como el nuevo rey", le dice Mufasa a Simba. Pero también le advierte que ni siquiera cuando sea rey

 

 Los padres de Enrique trabajaban muy duro en el jardín, pero Enrique solo quería jugar.  <<No podemos jugar ahora>>, dijo el papá de Enrique. <<Hay mucho por hacer>>. Así que Enrique decidió unirse y ayudar.  <<Tal vez las plantas necesiten riego>>, pensó Enrique. Levantó la manguera del jardín y abrió el grifo. ¡SPLASH! El agua salió disparada y mojó por todos lados. ¡La manguera era como una inquieta serpiente echando agua por todas partes! Enrique empezó a correr por la hierba aplastando las flores. El agua salía de la manguera con fuerza haciendo que la hierba se encharcara. Enrique se resbaló y...<<¡UPPS!>>. Se cayó sentado sobre un gran charco de agua.  <<Oh, no>>, pensó Enrique. <<Mejor podría ayudar barriendo algunas hojas>>. Corrió hacia un montón de hojas, pero cuando atravesaba el jardín, tropezó con la escoba y se cayó, ¡PUM! justo en el medio de las hojas. Mamá dijo que habían trabajado suficiente. &l

 

 A Juan le encantaba ir de visita a casa de su abuela. Hoy estaban haciendo dibujos en la cocina. Juan dibujó un monstruo aterrador con seis patas, dos colas y ojos amarillos.  <<Los monstruos son geniales>>, dijo Juan. <<Me gustaría poder ver uno de verdad>>.  <<Hay monstruos en el jardín>>, dijo su abuela. <<Y los ves a través de esta lupa de aumento. Hace que todo se vea más grande>>.  Juan no estaba seguro de que hubiera monstruos en el jardín, pero, de todos modos, salió fuera con su abuela. <<Aquí hay una oruga>>, dijo la abuela. Levantó una hoja grande y la pequeña oruga quedó a la vista. <<Eso no da miedo>>, dijo Juan. Entonces, la abuela le dejó mirar a la oruga a través de la lupa. <<¡Si que da miedo!>>, exclamó Juan. Luego, la abuela levantó la maceta. Había un montón de pequeños bichos retorciéndose en el barro. <<Son muy pequeños>>, dijo Juan riendo. Entonces, miró a través de l