Perseo –Juan Kruz Igerabide
Un rey de Argos quería conocer su futuro, y preguntó al Oráculo: -Oráculo: quiero saber qué porvenir me espera. El Oráculo le contestó: -Pues todo te irá bien, hasta que tu hija tenga un niño, que se llamará Perseo. Ese nieto te quitará el trono. El rey montó en cólera: -¡A mí no me va a pasar nada de eso! -Ya que te pones así –le contestó el Oráculo -, además de quitarte el reino, te matará sin querer. El rey, furioso, corrió a palacio, agarró a su hermosa hija y la encerró en una habitación de bronce, bajo siete llaves, vigilada día y noche. Pero antes de eso, Zeus había echado el ojo a la bella hija del rey y se había enamorado locamente de ella. Cuando se enteró de que su padre la había encerrado, Zeus se convirtió en lluvia de oro, se deslizó por debajo de la puerta de la habitación de bronce y llegó hasta la princesa. Esta se remojó las manos y se refrescó la cara y el cuerpo, porque hacía mucho calor allí dentro. Así fue como se quedó embarazada y dio