El caballo amaestrado - Anónimo
Un ladrón que rondaba en torno a un campamento militar, robo
un hermoso caballo aprovechando la oscuridad de la noche. Por la mañana, cuando
se dirigía a la ciudad, paso por el camino un batallón de dragones que estaba
de maniobras. Al escuchar los tambores, el caballo escapo y, junto a los de la
tropa, fue realizando los fabulosos ejercicios para los que había sido
amaestrado.
¡Este caballo es nuestro! Exclamo el capitán de dragones. De
lo contrario no sabría realizar los ejercicios. ¿Lo has robado tú? Le pregunto
al ladrón.
¡Oh, yo...! Lo compre en la feria a un tratante...
Entonces, dime como se llama inmediatamente ese individuo
para ir en su busca, pues ya no hay duda que ha sido robado.
El ladrón se puso nervioso y no acertaba a articular
palabra. Al fin, viéndose descubierto, confeso la verdad.
¡Ya me parecía a mí exclamo el capitán Que este noble animal
no podía pertenecer a un rufián como tú!
El ladrón fue detenido, con lo que se demuestra que el robo
y el engaño rara vez quedan sin castigo.
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