Saltarín, el conejo perezoso - Autor desconocido

Saltarín es muy perezoso. No atendia en la escuela, no terminaba los trabajos, incluso detestaba lavarse; olia mal y avergonzaba a toda la familia. Como era muy desobediente, una mañana se fue a pasear sin permiso de su madre. Centenario, el gato montés, no tardó nada en descubrirle. Se arrojó sobre él, pero como ya era viejo, y el conejo muy ágil, falló el golpe. Saltarín huyó velozmente, con Centenario, siguiendole muy de cerca, lamentando amargamente haber desobedecido. Oía al viejo gato jadear detrás de él...

Al volver un recodo, Saltarín vio que el arroyo le cerraba el paso: estaba perdido.

Miró hacia atrás y vio que Centenario se preparaba para saltar sobre él. Entonces, instintivamente, se tiró al agua,aunque la aborrecía.¡Brr, que fría estaba!

Centenario vaciló un instante, y después renunció a zambullirse: sería malo para su reúma darse un baño en aquella agua helada. Saltarín nadó hasta la otra orilla y se volvió a su casa dando un gran rodeo. Desde entonces se baña todos los días y es el conejo más limpio de familia.



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