Los tres ositos - Hermanos Grimm
Nelly era una niñita encantadora pero algo atolondrada.Aquel día de primavera,maravillada por el tibio ambiente y el aroma de las flores primeras,se alejó tanto que,perdida,no sabia volver.El conejito pensó: "¡Qué niñita mas tonta!" Y la ardilla rió por bajines.
Por suerte,cuando empezaba a apurarse,divisó a lo lejos una deliciosa casita que parecía de cuento y hacía ella marchó.Curiosa y algo asustada,traspasó el umbral.¡Qué orden el de allí!
Sobre la mesa la vajilla aparecía en perfecta colocación.Y,al olfato de la pequeña le alcanzó un delicioso olorcillo. Guiada por él,llegó a la reluciente cocina,donde hervía una marmita.
-¡Hummmm....!Esto debe saber a gloria -se dijo Nelly.Y ni corta ni perezosa,tomó un platito y lo llenó hasta el borde. Luego fue hacía la mesa y allí lo despachó,ajena a todo lo que no fuera a reponer fuerzas y descansar.
Y mientras tanto,su imaginación se desbordó.
-¡Esta preciosa casita,tan requetelimpia,debe ser un regalo que las hadas han dispuesto para los niños perdidos,posiblemente para mí.Quizás venga a verme la Reina de las Hadas y me traiga de regalo una sarta de finas perlas de Oriente y...
La boca se le abrió en un bostezo y se dio cuenta de que el largo paseo la había dejado cansada y somnolienta.
¿Y si allí hubiera alguna cama?Sin pensarlo dos veces,subió las escaleras y vio un gracioso dormitorio con tres camitas,de mayor a menor.
En la más grande,Nelly se acostó sin comprender que,aquellas zapatillas grandotas debían tener un dueño.
Al instante,rendida como estaba,se durmió.Su mente se pobló de sueños en los cuales ella era la reina de un reino ideal.
¡Confiada Nelly! Ni siquiera se le ocurrió pensar que en el desconocido hogar el peligro podía estar al acecho. ¿A quién pertenecía en realidad?
Sus dueños estaban cada vez más cerca y eran tres. Papá Oso,Mama Osa y Osito. ¿Peligraría Nelly?
A unos cincuenta metros pasos de la casa Osito,que era un lince,exclamó aterrado:
-¡Alguien ha entrado en nuestra casita!¡Veo la puerta abierta! ¡Oh,qué miedo,qué rabia...!
-¡Oh,sí! Yo cerré la puerta-dijo Papá Oso.
-¿Será algún ladrón?-dijo Mamá Osa,sujetando a su pequeño.
Papá Oso,en previsión de lo que fuera,se armó de garrote y el primero entró.
Mamá Osa temblaba como una hoja,pero lo quería disimular.
-¡Oh!-gimió Osito-.Mi cuchara está sucia.Y mi platito también.Que le peguen al ladrón.
Papá Oso,en plan héroe,iba escaleras arriba con la familia detrás.Mamá Osa le advirtió:
-Ten cuidado,Papá Oso...
-Tengo miedo-susurró Osito,a punto de llorar.
¡Qué miedo tenían los tres! ¡Ya estaban en el dormitorio!
Papá Oso levantó el garrote y...levantado se le quedó.
-¡Oh,una niñita...!-exclamaron los tres a la vez.
-Yo la quiero...cómpramela,papi,cómpramela,cómpramela...
-¡Ssss...calla!-dijo Mamá.
Con el ruido,Nelly despertó.No eran hadas lo que tenía ante sí.
Pero pronto su terror se disipó.Grandes y pequeños la miraban embobados y repitiendo:
-¡Qué linda niñita! ¡Qué linda! No tengas miedo,pequeña,no.
La bondad se reflejaba en aquellas caras y Nelly se tranquilizó. Además,el Osito era divertidísimo y los dos empezaron a jugar.
-¡Quiero que se quede Nelly!
Eso repetía Osito,que nunca lo había pasado tan bien.
Pero la prudente Mamá Osa tuvo algo que oponer y dijo:
-Hijito,Nelly puede volver siempre que quiera,pero debe regresar a casa con sus padres,que penarán por su ausencia.
Yo acompañaré a nuestra querida amiguita y le marcaré el camino para que lo aprenda bien y venga.
Lo hicieron así.Nelly,junto a los tres osos,aprendió muchas cosas,en especial a obedecer.
Por suerte,cuando empezaba a apurarse,divisó a lo lejos una deliciosa casita que parecía de cuento y hacía ella marchó.Curiosa y algo asustada,traspasó el umbral.¡Qué orden el de allí!
Sobre la mesa la vajilla aparecía en perfecta colocación.Y,al olfato de la pequeña le alcanzó un delicioso olorcillo. Guiada por él,llegó a la reluciente cocina,donde hervía una marmita.
-¡Hummmm....!Esto debe saber a gloria -se dijo Nelly.Y ni corta ni perezosa,tomó un platito y lo llenó hasta el borde. Luego fue hacía la mesa y allí lo despachó,ajena a todo lo que no fuera a reponer fuerzas y descansar.
Y mientras tanto,su imaginación se desbordó.
-¡Esta preciosa casita,tan requetelimpia,debe ser un regalo que las hadas han dispuesto para los niños perdidos,posiblemente para mí.Quizás venga a verme la Reina de las Hadas y me traiga de regalo una sarta de finas perlas de Oriente y...
La boca se le abrió en un bostezo y se dio cuenta de que el largo paseo la había dejado cansada y somnolienta.
¿Y si allí hubiera alguna cama?Sin pensarlo dos veces,subió las escaleras y vio un gracioso dormitorio con tres camitas,de mayor a menor.
En la más grande,Nelly se acostó sin comprender que,aquellas zapatillas grandotas debían tener un dueño.
Al instante,rendida como estaba,se durmió.Su mente se pobló de sueños en los cuales ella era la reina de un reino ideal.
¡Confiada Nelly! Ni siquiera se le ocurrió pensar que en el desconocido hogar el peligro podía estar al acecho. ¿A quién pertenecía en realidad?
Sus dueños estaban cada vez más cerca y eran tres. Papá Oso,Mama Osa y Osito. ¿Peligraría Nelly?
A unos cincuenta metros pasos de la casa Osito,que era un lince,exclamó aterrado:
-¡Alguien ha entrado en nuestra casita!¡Veo la puerta abierta! ¡Oh,qué miedo,qué rabia...!
-¡Oh,sí! Yo cerré la puerta-dijo Papá Oso.
-¿Será algún ladrón?-dijo Mamá Osa,sujetando a su pequeño.
Papá Oso,en previsión de lo que fuera,se armó de garrote y el primero entró.
Mamá Osa temblaba como una hoja,pero lo quería disimular.
-¡Oh!-gimió Osito-.Mi cuchara está sucia.Y mi platito también.Que le peguen al ladrón.
Papá Oso,en plan héroe,iba escaleras arriba con la familia detrás.Mamá Osa le advirtió:
-Ten cuidado,Papá Oso...
-Tengo miedo-susurró Osito,a punto de llorar.
¡Qué miedo tenían los tres! ¡Ya estaban en el dormitorio!
Papá Oso levantó el garrote y...levantado se le quedó.
-¡Oh,una niñita...!-exclamaron los tres a la vez.
-Yo la quiero...cómpramela,papi,cómpramela,cómpramela...
-¡Ssss...calla!-dijo Mamá.
Con el ruido,Nelly despertó.No eran hadas lo que tenía ante sí.
Pero pronto su terror se disipó.Grandes y pequeños la miraban embobados y repitiendo:
-¡Qué linda niñita! ¡Qué linda! No tengas miedo,pequeña,no.
La bondad se reflejaba en aquellas caras y Nelly se tranquilizó. Además,el Osito era divertidísimo y los dos empezaron a jugar.
-¡Quiero que se quede Nelly!
Eso repetía Osito,que nunca lo había pasado tan bien.
Pero la prudente Mamá Osa tuvo algo que oponer y dijo:
-Hijito,Nelly puede volver siempre que quiera,pero debe regresar a casa con sus padres,que penarán por su ausencia.
Yo acompañaré a nuestra querida amiguita y le marcaré el camino para que lo aprenda bien y venga.
Lo hicieron así.Nelly,junto a los tres osos,aprendió muchas cosas,en especial a obedecer.
en el mio pone: ¿Peligraría Nelly? y después la bondad se reflejaba ehn aquellas caras y Nelly...
ResponderEliminarSinceramente no sé como sería. Supongo que hay varias versiones de este cuento. Cada persona que lo reescribe pone cosas diferentes para darle su toque personal. Perdón por la tardanza en contestar. Hace muchísimo que no me metía aqui. Un besin
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