Dumbo - Disney


Los animales del circo saben que la primavera les traerá una felicidad nueva. La señora Yumbo tuvo que esperar más tiempo que las otras mamás.
¡Qué inquietud! Pero la primavera no se olvidó de ella. La señora Yumbo, feliz, mece tiernamente a su bebé.
– Te llamarás Dumbo.
Y Dumbo indica con su trompa que este nombre le gusta.
Para el circo empieza la gran temporada de gira. Por primera vez, Dumbo desfila en la cabalgata. De tanto brinco, piruleta y baile, se olvidó de sus orejas y ha tropezado con ellas.
¡Para colmo, se ha caído en un charco de barro! Todos los curiosos se ríen de él. Dumbo llora de vergüenza. Mama Yumbo va en su ayuda, furiosa.
El director del circo ha encerrado a la señora Yumbo : asustó al público por defender a su elefantito.  Dumbo se siente muy solo y se pregunta cómo liberar a su mamá.
¡Pero he aquí que aparece un curioso personaje!
– Me llaman Timoteo – declara ratoncillo -; si quieres, Dumbo,  podemos ser amigos.
 Y Dumbo,  reconfortado, abre sus orejas de par en par.
El director obliga a Dumbo a realizar un número cómico. Dumbo, encaramado en lo alto de un  edificio en llamas, teme el revuelo de los payasos-bomberos y sus bromas, que le ponen en ridículo.
-¡Vamos, bebé, salta! ¡La escalera es demasiado pequeña! –gritan los payasos.
A Dumbo le gustaría tener alas. Los falsos bomberos le juegan una mala pasada: Dumbo acaba con el trasero en un barreño lleno de agua.
-Ea, ea, mi pequeño Dumbo. Ea, ea, saldré pronto…- canta la señora Yumbo meciendo al pequeño en su trompa.
Dumbo tiene un montón de cosas que contarle a su madre.
Le habla de los trapecistas, de los malabaristas, del prestidigitador y de Timoteo, un amigo tan  listo que lo arregló todo para que Dumbo pudiera verse con su madre en secreto. Pero, ¡ay! , se acerca el momento de despedirse. Timoteo es optimista:
-Me ha dicho un pajarito que, pronto, todas nuestras penas se van…a salir volando. Eso es: ¡salir volando!
Después de la función, los payasos brindan por su éxito. Timoteo y Dumbo descubren una cubeta llena de champán.
-¿Echamos un traguito? –propone Timoteo.
Y he aquí a nuestros dos bribones bebiendo como dos esponjas…Timoteo canta y Dumbo se nota raro; balancea la trompa y sueña, envuelto en sus orejas.
-¡Anda! ¿Qué hago yo en la copa de un árbol? –se pregunta Dumbo, que se sobresalta…y ¡Puff!
Consultados por Timoteo, los cuatro cuervos reflexionan sobre la pregunta de Dumbo y el más sabio dice:
-Si ha podido aterrizar de noche  en la copa de un árbol, es que vuela, señores.
Timoteo aconseja a su amigo que intente volar. Dumbo no las tiene todas consigo, pero los cuervos le regalan una pluma mágica que le ayudará a volar, dicen guiñando el ojo a Timoteo.
Dumbo despliega las orejas y las sacude. Tiene miedo y, como quien no quiere la cosa, los cuervos le empujan un poquitín.
La única solución en el vacío es cerrar los ojos, batir las orejas con todas sus fuerzas y aferrarse a la pluma…luego, decidirse a abrir un ojo, para ver…
-¡Ya está, vuelas! –exclama Timoteo, loco de alegría. ¡Miradle! ¡Qué feliz parece!
Esa misma noche, en  el circo Dumbo hace giros y vuelos rasantes para gastar una broma a los payasos. ¡HORROR! Deja escapar la pluma…Timoteo grita:
-¡La pluma era un paripé, ahora sabes volar!
Dumbo se anima de nuevo y sube hacía lo alto de las lonas en un santiamén, dejando a los payasos con un palpo de narices.
De la noche a la mañana, Dumbo se hace famoso. El director se frota las manos  y decide devolver la libertad a la señora Yumbo. Dumbo será todo un éxito...
Timoteo felicita a su amigo. Emocionado, Dumbo no dice nada. Piensa en la felicidad de volver a tener el cariño de la señora Yumbo…


http://www.youtube.com/watch?v=9IYkuFLCIvc

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