No entiendo a mi papá

Acababa de poner la televisión en el cuarto de estar, cuando entró mi papá. Mi papá es un castor, con unos dientes muy largos. Infló las mejillas y gruñó:

-¿Pero todavía estás viendo la televisión? Coge la pelota y vete a jugar fuera.

Yo cogí la pelota y salí al jardín; rompí tres rosales y dos cristales, pero fue sin querer. Entonces, papá me gritó:

-¡Dame la pelota y sigue viendo la televisión!...¿Tú lo entiendes?


¿Quién entiende a los padres? En este caso el pequeño castor rompió esas cosas sin querer, y su papá lo riñó. 


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