Peligro en el mar- Begoña Ibarrola



Esta es la historia de un caballo de mar llamado Quino que vivía con su familia en una zona muy bonita del océano rodeado de corales, erizos de mar, cangrejos, peces y plantas.
Su vida era  muy tranquila hasta el día en el que delfín Bailón dio a todos los habitantes del lugar una noticia muy preocupante.
-Amigos vengo de explorar los límites de nuestro territorio: he visto una gran mancha que se dirige hacia donde nosotros vivimos.
Todos se miraron muy preocupados. Tenían que hacer algo inmediatamente. Quino tenía un gran amigo, el cangrejo Casimiro: con él jugaba al escondite, pero ese día no jugaron, se pusieron a comentar la noticia.

-¡Qué desgracia!- decía Casimiro desesperado.
¡No sé qué va a ser de nosotros! ¡Seguramente moriremos todos!
Quino era más optimista y le contestó:
-No te preocupes, Casimiro. El delfín Bailón ha dicho que la mancha negra tardará dos días en llegar. Vamos a pensar y a buscar soluciones.
Mientras los dos pensaban oyeron llorar a la ostra Peladura.
-¿Qué te pasa Peladura? ¿Por qué lloras? –le preguntaron.
-Voy a morir muy pronto, no hay solución para mí, yo no puedo nadar.
-No te preocupes, Peladura, nosotros te ayudaremos, seguro que se nos ocurre algo.

Quino siempre pensaba que los problemas tienen solución. En cambio, el cangrejo Casimiro y la ostra Peladura perdían pronto la esperanza. Ellos pensaban que los problemas no tenían solución.
El caballito Quino decidió ir a dar un paseo para pensar mejor y se encontró con el delfín Bailón.
-¿Qué haces tú por aquí? Estás lejos de tu casa, y este es un sitio peligroso. Mira allí, ¿ves la mancha negra?
Quino vio con espanto la mancha que amenazaba y dijo:
-Tenemos que encontrar una solución.  Hay que salir de aquí antes de que la mancha llegue.
-Muchos animales y plantas no se pueden ir de dónde están, les llevaría mucho tiempo,- le contestó el delfín.
-Ya lo sé. Pero tú que eres muy grande, ¿no los podrías llevar  a un lugar seguro?
El delfín Bailón escuchó a Quino con atención y después de un rato dijo sonriente.
-¡Me parece una buena idea Quino!
Como soy grande puedo llevar a muchos animales y plantas a la vez, y como soy muy rápido, podré hacer varios viajes.
Había que darse prisa y pedir ayuda a otros delfines y ballenas. Y el delfín Bailón fue a buscarlos. Entre todos podrán salvar muchos animales y plantas.

Quino regresó a dar la gran noticia a sus amigos.
-¡Casimiroo, Peladuraaaa!
¡El delfín Bailón ha ido a buscar a sus amigos y entre todos nos llevarán lejos de aquí antes de que llegue la mancha negra! Todos aplaudieron y gritaron llenos de alegría.
Al día siguiente, mientras el sol salía, un grupo de delfines y ballenas se concentraron en la zona y fueron cargando a todos los animales y plantas que no podían nadar con rapidez.
Al atardecer estaban muy cansados de hacer tantos viajes pero llenos de alegría por haber salvado a tantos amigos.
Ahora al caballito Quino y al delfín Bailón se les ve jugar juntos en una zona del océano de aguas limpias y cristalinas.
Y se ve a la ostra Peladura conversar con el cangrejo Casimiro mientras recuerdan la historia de aquella mancha negra que un día amenazaba sus vidas.
“Cuando hay un problema siempre hay una solución”.
El caballito Quino tenía razón.


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