Un regalo de navidad - Cuento mio


Juanito vivía con su familia en una casa de campo a las afueras de la ciudad. Sus padres trabajaban ambos en el ejército. Él era hijo único y deseaba con todas sus fuerzas tener un hermanito con el que jugar.
Cuando sus padres salían de misión por mucho tiempo, él quedaba en casa con sus abuelos. A veces se pasaba igual un mes sin verlos, y a la vuelta sus padres siempre le traían regalos de los lugares a los que iban.
Recuerda como sus padres salieron en una misión súper importante en septiembre y apenas llegarían para navidades. Esos meses los añoró mucho, porque veía como sus compañeros del cole iban con sus papás por las mañanas, en las tutorías y en las fiestas que se organizaba.
Llegó por fin la navidad, pero solo volvió su madre. Corrió y abrazó fuerte a su hijo, llorando por la emoción.

-Cariño, tengo que contarte una cosa de papá-. Tu sabes que nuestro trabajo es muy peligroso, ¿cierto?. Papá tuvo un accidente en esta misión y ahora nos está viendo desde el cielo, junto a tu abuelo Fran.
-Lo superaremos juntos, mi niño. Aun asi, quiero darte un bonito regalo de navidad.
-Me enteré hace unos días que tu papá y yo vamos a tener otro hijo. ¡Vas a tener un hermanito o una hermanita!
Juanito comenzó a llorar con todas sus fuerzas por la pérdida de su padre, y también por aquella noticia.
Aunque tuviese sólo cuatro años, entendía bien las cosas. Las primeras navidades sin su padre fueron muy duras, no era lo de antes. Sus chistes, esas bromas pesadas que le hacía a su madre, o la foto familiar que se hacían cada año con esos jerseys horrendos navideños.
En muchas ocasiones se encontró a su madre llorando en la habitación o mientras cocinaba, y cuando veía a Juanito aparecer siempre ponía una excusa.

Las fiestas pasaron y a medida que los meses avanzaban, la barriga de su mamá crecía más, y el bebé daba pataditas cuando su hermanito ponía la mano.
Llegó por fin el día esperado, un veintinueve de junio a las diez de la mañana, Juanito fue al hospital con sus abuelos a conocer a su hermanito/ hermanita.
Compraron el dia anterior un conjunto de ositos en color beige, y un oso que era más grande que él.
La abuela llevó la bolsa con el conjunto, un ramo de flores y Juanito iba súper orgulloso con el osito para el bebé.
Cuando entraron en la habitación su madre estaba dando el pecho al bebé, y le dijo a su hijo que se acercase. ¡Tenía una hermanita preciosa!
Cogió a su hermanita de la manita, y la besó dulcemente. La niña era pequeñita, apenas pesaba tres kilos, y media cincuenta centímetros.
Tenía el pelo negro oscuro, ojos azules claritos, y la piel muy rosadita. Se parecía a su padre de cara, y tenía los labios de su madre. Recordó que su padre no podía estar ahí para conocer a la niña, y Juanito empezó a llorar.

-Cariño, no llores. Tu ahora eres el hermanito mayor y el hombre de la casa. Tienes que ser fuerte, y enseñarle cositas buenas a tu hermanita. ¿Quieres cogerla en brazos?
La abuela cogió a la niña y se la acomodó en los brazos de Juanito. Ella sujetaba a la bebé por debajo para que no caiga y su hermano la rodeaba con sus brazos. La besó en la frente, y mirándola a los ojos le dijo:
-Cuando seas un poco más grande, te voy a enseñar fotos y videos para que conozcas a papá-. Él cuida de nosotros ahora desde el cielo.
La madre empezó a llorar cuando vio esa imagen tan tierna. Sus dos hijos conociéndose por primera vez y abrazados.
Ella echaba de menos más que nunca a su marido, pues no fue fácil llevar el embarazo sola con todos los antojos, y los malestares que tuvo. Además ahora está de baja por maternidad pero cuando tuviese que volver al ejército tendría que dejar a la niña en la guardería y que se hiciese cargo la abuela de los dos niños.

Pensó ya en pedir una plaza cerca de casa, pues teniendo a un bebé no puede desplazarse para las misiones.
Después de todo lo que pasó, estaba feliz. Juanito era un buen hermano, y su pequeña princesita cada día crecía más hermosa, y se parecía muchísimo a su papá. El mejor regalo de navidad sin duda fue haberse quedado embarazada y que la vida le diese la oportunidad de tener otro hijo de su marido.


PD: Disfrutad mucho de vuestros padres, coleccionad cada momento que podáis con ellos, pues nunca se sabe cuando será el último.


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