Edipo –Juan Kruz Igerabide


El rey de Tebas no tenía hijos. Consultó el oráculo, y este le aconsejó:
-Para ti, la buena suerte es no tener hijos. Si un día tienes un hijo, sucesos terribles ocurrirán a tu familia.

El rey regresó a Tebas aterrado y expulsó a su mujer de la ciudad sin darle explicaciones. La mujer regresó de noche, y se acostó en la cama del rey, mientras este dormía. El rey la volvió a expulsar. Pero a los nueve meses, ella regresó con un niño en brazos.

El rey tomó al bebé y lo abandonó en una lejana montaña. Un pastor recogió al niño y le llamó Edipo.
Cuando el niño creció, un amigo le comentó:
-Oye; tú no te pareces nada a tus padres.
Edipo, entonces, acudió al oráculo, y este le exclamó:
-¡Apártate de mi altar, malhadado! Por tu culpa, ocurrirán cosas terribles a tu familia.

Edipo amaba a sus padres pastores. Aterrado por el oráculo, huyó de casa, y se alejó de los creía que eran sus padres.
En un cruce de caminos, vio venir un carro conducido por un hombre importante, que le gritó:
-¡Aparta de mi camino, mocoso! ¿No ves que soy más importante que tú?
-Sólo los dioses son más importantes que los humanos –le respondió Edipo.

-¡Deslenguado!
El hombre importante ordenó al conductor del carro que avanzara. El carro pisó un pie de Edipo.
Entonces, este derribó al conductor. Las riendas de los caballos se enredaron en el cuerpo del hombre importante y los caballos lo arrastraron por el camino, volcaron el carro y el hombre murió. Era el rey de Tebas, padre de Edipo.

Por entonces, una monstruosa Esfinge amenazaba la ciudad de Tebas.
A todo el que se cruzaba con ella, le proponía un acertijo, y si no lo acertaba, lo devoraba.
La Esfinge salió al paso de Edipo.

-¡Alto ahí, humano! Adivina, adivinanza: ¿Quién, con una sola voz, tiene a veces dos pies, otras cuatro y otras tres? Te daré una pista: cuantas más patas, más débil es.
-El ser humano –acertó Edipo -:de niño camina a cuatro patas, de mayor con dos y de viejo necesita una pata más, el bastón.

La esfinge se hizo trizas. Los tebanos, enterados de la muerte del rey, nombraron nuevo a rey a Edipo, por haberlos liberado de la Esfinge, y lo casaron con la reina, su propia madre, sin él saberlo.
Una terrible epidemia asoló Tebas. Los tebanos consultaron al Oráculo y este dijo:
-Debéis expulsar al que mató al rey.
-Lo expulsaremos –juró Edipo, sin saber que él mismo había matado al rey.

El adivino Tiresias declaró que el asesino era el mismo Edipo y encontró a los padres pastores, que confesaron que lo habían recogido en el monte.
La madre se murió del disgusto.
Ante tales terribles sucesos, Edipo se marchó del país y llegó a Atenas, donde murió. Fue enterrado por el propio Teseo.




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