El lobo, la zorra y la nutria –Gianni Rodari
El lobo, la
zorra y la nutria formaron una vez una cooperativa y se dedicaron a criar un
cerdo Le llevaban todo lo que encontraban: patatas, nabos, manzanas y peras
caídas de los árboles, y disfrutaban por anticipado del día en que matarían al
cerdo para comérselo.
-Ah, estoy
realmente contento con mi cerdo- decía el lobo.
-¿Tuyo?
¿Desde cuándo? –se enfadaba la zorra-. ¿Por qué dices siempre <<mi cerdo>>,
cuando sabes muy bien que nos pertenece a todos?
-Ya veremos,
ya veremos a quien le pertenece- afirmaba la nutria.
Cuando el
cerdo estuvo ya bastante gordo, lo mataron. El lobo hizo lo posible para
lanzarse sobre él, mientras la zorra se afilaba los dientes. Pero la nutria
exclamó:
-Un momento,
un momento, mugrientos. ¿Queréis comerlo sin lavarlo siquiera? Mirad que sucias
tiene las orejas. Vamos, el río está a unos pocos pasos de aquí. Vayamos a
lavarlo y veréis que así estará mucho mejor.
El lobo y la
zorra admitieron que la nutria tenía razón. Arrastraron el cero hasta la orilla
del agua y comenzaron a lavarlo. El lobo lo sostenía por las patas traseras; la
zorra por la cola, y la nutria se metió en el agua diciendo:
-Sostenedlo,
que yo le lavaré las orejas.
En vez de
lavar al cerdo, lo aferro con todas sus fuerzas para arrastrarlo hasta el agua.
-Sujétalo
bien –le gritó la zorra al lobo-; de otro modo me caeré.
-¡El suelo
está resbaladizo! –gritó el lobo y perdió el equilibrio.
La zorra
rodó encima de él. El cerdo se deslizó en el agua y la nutria se lo llevó
deprisa a un islote en medio del río.
El lobo y la
zorra corrieron en vano por la orilla del río, gritándole a la nutria:
-¡Devuélvenos
nuestra parte, devuélvenos nuestra parte o te arrepentirás!
La nutria
por toda respuesta, lanzó una sonora carcajada y se comió sola el cerdo.
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