La Casita de Chocolate - Hermanos Grimm

Erase una familia muy pobre que vivía en mísera cabaña a orillas de un bosque.El padre era leñador,pero apenas tenía compradores para su leña y sus dos hijos,Hansel y Gretel,niños encantadores,empezaban a sentir los efectos del hambre.
-No podemos alimentar a los niños y acabarán enfermando-sollozaba su buena madre.
El leñador,angustiado,decidió abandonarlos en el bosque. Quizá tuvieran suerte y encontraran gentes caritativas o....los recogieran los ángeles.
Con la excusa de ir a partir la leña en los linderos,el padre dejó solos a los pequeños.
Pasaba el tiempo y los dos hermanos comenzaron a angustiarse.
- Padre no viene y la noche está al caer -lloró Gretel.
- No te preocupes,hermanita,ya se nos ocurrirá algo; quizá padre aparezca o encontraremos a alguien que nos guíe a casa.
Mas no sucedía nada de aquello y al miedo que sentían se unían el frío y el hambre.
¡Vamonos de aquí! -dijo Hansel tomando la mano de la temblorosa niñita,con gran decisión.
Caminaban al azar,ya noche oscura y cada vez iban más desorientados y sin reconocer el camino salvador.
De pronto....el niño gritó con alborozo:
-¡Mira,hermanita! ¡Allí se ve una luz!
Corramos en esa dirección.En esa casa nos darán cobijo. Tendremos comida y calor.
Una vez junto a la casita,descubrieron que toda ella era...¡de dulce! Las paredes de chocolate y mazapán,las tejas de caramelo,los marcos de las ventanas de anís...Empezaron a arrancarle pedacitos y el miedo y el temor quedaron olvidados.Casi no podían creer en su suerte.
Cierto que de momento,no pensaban sino en aplacar su apetito.Al rato escucharon el aullido de un lobo y ambos se encogieron de horror.
-Llamemos a la puerta -dijo Hansel-. Seguro que nos dejarán entrar y mañana volveremos a nuestra casa.
Seguramente alguien que conoce estos lugares sabrá llevarnos.
El aullido había dejado de oírse y se aplicaron a un trozo de mazapán.
Los desdichados ignoraban que aquella casa pertenecía a una bruja maligna que comía niños.
Pero como no lo sabían,se alegraron mucho cuando ella apareció por la ventana y los invitó a pasar y calentarse.
Una vez dentro,empezó a amenazar,furiosa porque hubieran arrancado trocitos de su casa de dulce.
Los pobres niños comprendieron con horror la verdad.
Para empezar la bruja encerró a Hansel en una jaula y anunció:
-Aquí estarás hasta que engordes.Entonces te comeré.En cuanto a ti,pequeña holgazana,limpialo todo de arriba abajo.
La bruja se pasaba el día llevando alimentos a la jaula,que el niño no tardaba en despachar.
Pero cuando exigía que le mostrase el dedito,el niño enseñaba por entre los barrotes un delgado hueso de pollo.La bruja se enfurecía y gritaba:
-¡Con todo lo que te doy de comer y nunca engordas!
Y añadía que al día siguiente,sin más,asaría a Hansel. Su hermana,ante la urgencia,aprovechó un momento en que dormía para quitarle las llaves de la jaula y liberar así a Hansel.
Al despertar inició los preparativos.Hizo que Gretel llevase abundante leña al horno para ponerlo a punto.Y la chimenea obedeció. Pero como había abierto la puerta de la jaula,Hansel se dio buena prisa a escapar.
Quiso la bruja ver si el horno estaba a punto y se subió a una silla.
Entonces Hansel la empujó y cayó al fuego,entre alaridos.Y ya libres de la vieja,los niños se dieron buena prisa a recorrer la casa de chocolate.
Encontraron un cofre lleno de oro...-¡Somos ricos! -gritaban-.
¡Buscaremos el camino de nuestra casa y seremos felices...!
Y fue fácil,porque los apenados leñadores los estaban buscando.Libres ya de la miseria,vivieron siempre dichosos.



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