Chorlito y Remolino recogen frambuesas –Gianni Rodari
Chorlito y
Remolino salieron juntos a recoger frambuesas. Las ponían en dos pequeños
cubos, pero, mientras Chorlito perdía el tiempo, Remolino se movía ágil como un
duende.
Poco después, Remolino tenía su cubo lleno de frambuesas, mientras que
Chorlito no había llenado siquiera la mitad. Entonces, Remolino le dijo a
Chorlito:
-Vayámonos a
casa, porque yo ya tengo bastantes frambuesas.
-No me iré
contigo –dijo Chorlito-. Mi cubo está aún casi vacío.
-Ven a casa
enseguida; si no, llamaré al lobo.
-Que no, que
no me iré contigo.
Entonces,
Remolino fue a ver al lobo y le dijo:
-Lobo, dile
a Chorlito que vaya a casa.
-No, no le
diré nada.
-Entonces,
llamaré al perro.
Remolino fue
a ver al perro y le dijo:
-Perro,
persigue al lobo, así le dirá a Chorlito que vuelva a casa.
-No, no lo
perseguiré.
-Entonces
llamaré al palo.
Remolino fue
a ver al palo y le dijo:
-Palo, dale
una paliza al perro, para que persiga al lobo, para que el lobo le diga a Chorlito
que vuelva a casa.
-No, no le
daré una paliza.
-Entonces,
llamaré al fuego.
Remolino fue
a ver al fuego y le dijo:
-Fuego,
quema al palo, para que le dé una paliza al perro, para que el perro persiga al
lobo, para que el lobo le diga a Chorlito que vuelvas a casa.
-No, no lo
quemaré.
-Entonces
llamaré al agua.
Remolino fue
a ver al agua y le dijo:
-Agua, moja
al fuego, para que queme al palo, para que el palo le dé una paliza al perro,
para que el perro persiga al lobo, para que el lobo le diga a Chorlito que
vuelva a casa.
-No, no
quiero mojarlo.
-Entonces
llamaré al buey.
Remolino fue
a ver al buey y le dijo:
-Buey, bebe
el agua, para que el agua moje al fuego, para que el fuego queme al palo, para
que el palo le dé una paliza al perro, para que el perro persiga al lobo, para
que el lobo le diga a Chorlito que vuelva a casa.
-No, no
quiero beberla.
-Entonces
llamaré al matarife.
-Matarife
mata al buey, para que el buey beba el agua, para que el agua moje el fuego,
para que el fuego queme el palo, para que el palo le dé una paliza al perro,
para que el perro persiga al lobo, para que el lobo le diga a Chorlito que
vuelva a casa.
-De acuerdo
–dijo el matarife, y afiló el cuchillo para matar el buey.
Entonces, el
buey bebió el agua, el agua mojó al fuego, el fuego quemó al palo, el palo le
dio una paliza al perro, el perro persiguió al lobo, y el lobo le dijo a
Chorlito que volviese a casa. Pero, mientras tanto, Chorlito había llenado todo
su cubo con frambuesas y, en cuanto vio a Remolino, le gritó:
-Ven,
vayámonos a casa, porque ya tengo bastantes frambuesas.
Así,
Chorlito y Remolino volvieron a casa con los cubos llenos. Al ver semejante
cosa, el lobo le dio una dentellada al perro, el perro mordió al palo, el palo
dispersó el fuego, el fuego secó el agua, el agua ahogó al buey, y el buey
traspasó al matarife con sus cuernos.
Todo esto
ocurrió cuando Chorlito y Remolino fueron juntos a recoger frambuesas.
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