¡Hola, hermanita! –Las historias de Alex
Me llamo
Alex y estoy un poco preocupado porque a mi mamá le está creciendo cada día más
la tripa.
-Mamá, me
parece has comida demasiado.
-No, Alex
–me dice mi papá mientras friega los platos-. Mamá está embarazada. Eso quiere
decir que pronto vas a tener una hermanita.
¡Caramba! ¿Y
para qué quiero yo a una hermanita?
-Yo creo que
te gustará tener una hermana, Alex. Podrás jugar con ella.
-Pero para
jugar me podrías regalar un camión o una pelota. ¿Por qué una niña? ¿A qué voy
a jugar con una niña?
Mira, Oso
Bobo, no protestes. Tenemos que ayudar a preparar la habitación de mi
hermanita. Es un rollo, pero mira…para mí que papá se va a caer.
-¿Necesitas
esto?
-Sí, Alex.
Pero aguanta la bombilla un momento… Tengo que intentar poner estos cables
aquí… ¡Uff, qué difícil!
-Pero ¿qué
hacen estos juguetes viejos en la cuna del bebé?
¿Será
posible? Ahora resulta que mis muñecos no son buenos para mi hermanita. ¿Qué
querrá mamá¿ ¿Qué le deje a Oso Bobo? ¡¡Ni hablar!!
-Papá y yo
queremos que el bebé se llame Carlota. ¿Te gusta?
-Sí, está
bien.
Oye, mamá:
cuando yo era pequeño, ¿también estaba dentro de tu tripa?
-Sí cariño.
Justo donde está ahora Carlota.
-¿Y se puede
entrar? Es que Bobo y yo queremos ver cómo es la hermanita.
Así que no
puedo entrar a ver a Carlota, ¿eh?
Seguro que
ahora ya no me van a dejar hacer nada. Pues prepárate para el patadón que voy a
dar.
-Venga,
cielo. Chuta bien fuerte, a ver si metes un gol.
-Fuerte no,
fuertísimo.
Mamá y papá
se tienen que ir a un sitio llamado clínica.
Según
parece, allí es donde sacarán a Carlota de la tripa de mamá.
Por suerte,
a mi no tienen que sacarme nada de la tripa. Así que me puedo quedar en casa
con mi canguro. Se llama Sonia y siempre me hace reír.
-¿Vamos a jugar,
Sonia?
-Sshh, no se
lo digas a nadie, pero Bobo ha decidido quedarse en la cuna de Carlota.
-Vaya, pues
yo le había traído un nuevo osito a tu hermanita.
-¡Ja, ja
,ja! Pero ¿te has fijado?
Si es…¡rosa!
¿Dónde se ha visto un oso rosa?
Papá me ha
llevado a la clínica. Y…¡sorpresa! ¡Carlota ya ha salido de la tripa de mamá!
Estaba toda la familia reunida: los abuelos, los titos… Tanta gente para ver
una cosa superpequeña que ni sabe decir “hola”. He intentado traérmela a casa,
pero no me han dejado.
¡Qué
alegría! Por fin han vuelto, mamá y papá de la clínica. ¡Y han traído a
Carlota!
-Hola, Alex.
¿Quieres decirle hola a tu hermanita?
¡Qué fea!
Tiene la cara arrugada. Pero quizá mañana le enseñe a jugar a fútbol.
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