Teo en el zoo –Violeta Denou
Teo ha
convencido a su tía Rosa para que lo lleve al zoológico.
-¡Corre,
corre, que vamos a perder el autobús! –le dice.
Mientras su
tía recoge las entradas de la taquilla, Teo espera impaciente para entrar.
<<¡Vamos
a pasar un día fantástico!>>, piensa Teo.
Teo está tan
emocionado que ha pasado por delante del carrito de los helados sin verlo.
En el
acuario, su tía se asusta al observar la enorme
boca abierta de un extraño pez tropical.
A Teo le
hacen una fotografía montado en un poni.
-¡Cuidado,
no te caigas! –le dice su tía sosteniéndolo.
<<¡Uf!
Menos mal que los leones no pueden saltar hasta aquí>>, piensa Teo, y los
saluda con la mano desde el tren.
Ahora se han
sentado un momento a descansar y a reponer fuerzas.
-Parece que
estos pájaros están hambrientos –comenta Teo mientras se bebe el refresco.
Teo,
entusiasmado, observa los monos.
-¡Mira, tía,
cómo ha pelado el plátano!
Han llegado
a la zona donde están las cebras, los elefantes y las jirafas.
¡Qué altas
son las jirafas! ¡Parecen rascacielos! –piensa Teo -. Me gustaría ser tan alto
como ellas.
-¿Te gustan
los hipopótamos? –le pregunta su tía
Rosa.
-Sí, pero de
lejos –responde Teo, riendo.
Los delfines
son muy divertidos. ¡Cómo saltan!
Teo intenta
atrapar la pelota que un delfín le tira, pero se le escapa.
-¿Por qué
los camellos tienen esos bultos en la espalda? –pregunta Teo.
La tía Rosa
le explica que allí guardan las reservas de alimentos.
De vuelta a
casa, con un hámster que su tía le ha regalado, Teo piensa en las ganas que
tiene de explicarles a sus padres cómo se lo ha pasado.
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