¡Vaya inundación! - T. Alquier

Lunes
¡Vaya inundación, muchachos! La gente solo habla de ello. ¡Dicen que tanto satélite y tanto pagar impuestos para esto! El caso es que al levantarnos hemos encontrado un metro… un metro de agua por las calles de mi pueblo. Y agua salada, por cierto.
Mi mamá está muy preocupada, lleva las cosas corriendo a casa del vecino del tercero. Y yo llevó mi pecera con un pececillo dentro. 
Mi hermano Pepe ha encontrado un cangrejito pequeño y, al verme, quería echar en la pecera el cangrejo. Yo me he negado en redondo, por supuesto.
Bueno, como es natural, hoy no tenemos colegio.

Martes
Hemos dormido en la casa del vecino del tercero. He jugado con su hijo, lo hemos pasado de miedo. En la calle el agua sigue subiendo, y las señales de tráfico ha cubierto.
Mi mamá dice que ha visto dos tiburones tremendos; yo creo que es una broma.
Mi papá está muy contento, porque ha pescado sardinas: quilo y medio por lo menos. En el parte de la radio dicen que es un desastre esto.
La tendera de la esquina, la que vende caramelos, ha tenido que subirlo todo hasta su apartamento, y ha colocado la caja de portero. Así que he subido allí a comprar el pan. Luego bajaré para bañarme. Y mañana nos iremos en el barco de mi padre de recreo. Ha dicho que me lo deja. O eso creo.

Miércoles
Hoy es miércoles, y el agua de la mar sigue subiendo.  A este paso habrá que subir al sexto y tendremos que vivir en la casa de Mateo. Mi madre estaba enfadada con la suya, pero creo que ya han vuelto a ser amigas con todo esto. Luego se ha ido la luz.
¡Jo, qué bueno! Ha habido que encender velas como el quince de febrero (es el día de mi cumple)
¡Qué molongui es todo esto! ¡Sin luz, con radio de pilas, sin colegio!
Por la radio, el presidente del gobierno no ha dejado de decir que no nos preocupemos.
Hoy he visto dos delfines. Pepe también, y creyendo que era un par de tiburones, se ha puesto a llorar de miedo.
Me he dejado la pecera olvidada en el primero, y el pez se ha tirado al agua muy contento. Yo también lo estoy pasando estupendo.

Jueves
La gente ya no trabaja porque está inundado el pueblo. Como nos hemos quedado sin dinero, mi papá fabrica redes de pescar, y de momento las va cambiando por latas de conserva y alimentos.
El agua s ha detenido. Pero vemos que dos veces cada día sube y baja la marea del océano.
El horario de las mareas, el pueblo lo conoce por la radio. Y la hermana  de Mateo es muy guapa. Creo que podría ser mi novia. Ya veremos.

Viernes
Esta mañana hemos ido de paseo. He hablado con dos ingleses perdidos en un velero. Nos hemos subido al barco, y con ellos Pepe se ha empeñado en dar una vuelta por el pueblo.
Nos fuimos hasta París y hasta hemos pasado bajo la Torre Eiffel en barco velero.
Hace bueno. Por lo visto se han deshelado los hielos de los Polos y ha subido el mar por eso.  (Dicen que han visto salir de la iglesia una ballena blanca como Moby Dick.)
Debe de ser una broma, no creo que sea cierto. En cambio yo me he hecho novio de la hermana de Mateo.

Sábado
Por fin el nivel del agua ha descendido dos metros.  Si la marea está baja,  se puede andar por el pueblo.
Si el agua sigue bajando, mi padre, por lo que veo, tendrá que volver a trabajar: porque él conduce autobuses, no veleros.
Mamá ha dicho que esta noche nos iremos a dormir al primero. Ha debido de enfadarse con la madre de Mateo.
¡Qué lástima! Con lo bien que se estaba en casa de Mateo.
Cuando está alta la marea, aún vemos delfines. A mí me gusta, me encanta jugar con ellos. Mamá me dice que tenga cuidado con esos juegos, que a la señora María, la mujer del farmacéutico, le ha mordido en una pierna  uno de ellos. Por radio dicen que el lunes se podrá abrir el colegio si el agua sigue bajando. Será mejor no hablar de ello.

Domingo
Ya no queda agua en las calles. Y los vecinos se han puesto a limpiar los pisos y apartamentos. El coche está estropeado, eso ha venido diciendo papá. Yo entonces le he dicho:  “¿Me lo das?” Y por supuesto no ha querido.
Ojalá el coche esté estropeado de verdad. Si lo está, para mí y para Mateo de cabaña servirá. Por cierto he roto con la hermana de Mateo. La verdad es que era un poco pequeña para mí, creo.
Para hacer corrientes de aire, mamá deja todo abierto.
Es preciso secar el apartamento. Con un poquito de suerte, a ver su puedo coger un buen resfriado y no ir mañana al colegio.
Mi hermano Pepe está triste porque se ha marchado el mar; recoge conchas y dice que quiere volver al mar. Pero mamá se ha enfadado y ha empezado a gritar.
Sin duda en estos momentos está nerviosa.

Lunes
He tenido que ir por fin al colegio. Hemos hecho una batalla de algas con el maestro, y nos hemos divertido mucho durante el recreo.
El profe ha dicho que el año que viene iremos al mar. Yo creo que es una broma. ¡Ir al mar!

FIN,




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